Hola,
Hoy os traigo unos preciosos complementos, para que veáis que, hasta en estos tiempos tan convulsos como en los que vivimos, se puede tener otra cosa en el cuello, además del agua.
Se trata de una mezcla entre un foulard y un broche, confeccionado totalmente en ganchillo.
Ya os presenté alguno en una entrada anterior, pero hoy os traigo el que ha tejido Asun (¡esta chica hace todo y encima bien!), que entre pespunte y pespunte del trabajo que se tercie, encuentra tiempo para darle a la aguja de ganchillo (o de gancho). Lo ha hecho combinando un marrón oscuro con un tono beige más claro, y el resultado es perfecto:
Es un complemento perfecto para estos días de otoño, en los que el frío ya se nos cuela por debajo de la ropa, pero que aún no hace para llevar bufanditas.
Puede que alguna de vosotras piense que no tiene un cuello muy alargado para usarlo, pero eso no es una excusa, recordad que como lo hacéis vosotras, podéis tejer el adorno tan grande como queráis u os venga bien.
Como yo soy muy exigente con mis chicas, les pedí que innovaran un poco. Como son muy coquetas y les gusta cambiar de complementos, les insinué que de esa manera podían elegir según tuvieran el día... y "et voilà!" el resultado ha merecido la pena. Hemos cambiado la flor por un pompon y acortado las tiras que se ajustan al cuello. Si ya tuvieron éxito las flores, no podéis imaginar el que ha tenido el nuevo modelo. Yo no sabría por cual decidirme, aunque teniendo ambos... es mucho más fácil ¿no creéis?:
Espero que os haya gustado.
¡Hasta la próxima!
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