Tierno amigurumi

Hola,

El ganchillo es un arte con una tradición muy arraigada en nuestro país. Generalmente, es una labor cuyo conocimiento se pasaba de madres a hijas (no penséis que discrimino, es que tracicionalmente no ha sido una labor de hombres y los hijos tampoco solían aprender a hacerlo); en la actualidad, debido a la vida tan ajetreada que llevamos este tipo de labores y tradiciones se han ido perdiendo. Ya no es habitual ver a abuelas, madres, hijas y vecinas reunidas cosiendo. Esta pérdia se ha producido por varias razones. Las chicas jóvenes prefieren comprarlo ya hecho, les resulta mucho más rápido, incluso económico ya que la importación de este tipo de artículos desde paises o lugares donde no se respetan salarios ni condiciones laborales favorecen a que se comercialice con precios muy bajos.

Las labores que habitualmente se han hecho a ganchillo son cojines, colchas (¡madre mía hasta que la ves terminada!), caminos de mesa, tapetes, bikinis (muy de moda en los años 80), pero también podemos elaborar otros artículos decorativos muy diferentes, como muñecas o cestas, que había que almidonar para quedaran de pie.

En Japón, formando parte de la cultura Kawaii, tradicionalmente han venido tejiendo pequeñas esferas o muñecos llamados amigurumis. Según esta antigua tradición japonesa, cada amigurumi tiene un "alma" que lo convierte en el compañero y confidente de quien lo posea, proporcionándole una sensación reconfortante cuando éste lo necesite, incluso los utilizan como amuletos personales. Son objetos ligados a la amistad, complicidad y compañía.

Podéis encontrar multitud de patrones en la red aunque últimamente se ha generado un movimiento llamado "ganchillo feestyle" que promueve que se realicen imaginativamente, sin seguir ningún patrón previo.

Yo, en este caso, os traigo una pequeña pequeña mariquita, o como decís algun@s, vaquita de San Antonio. Dejo a vuestra imaginación funcionar para que le encontréis un uso (broche, adorno, etc.):

Espero que os haya gustado,

¡Hasta la próxima!